NUEVAS NORMAS, SEXTA ENTREGA

Continuemos nuestro recorrido por las nuevas normas completando los comentarios referentes al capítulo 6 de la misma.

En ocasiones anteriores ya desarrollamos todos los requisitos extraíbles del epígrafe 6.1 de 9001:2015, “acciones para tratar riesgos y oportunidades”, de forma detallada.  Sin embargo, dejamos para otro momento lo exigido por ISO DIS 14001:2014 en este mismo capítulo.  Pasaremos a comentarlo ahora.

Como ya se dijo en aquella ocasión, el punto 6.1. “acciones para tratar riesgos y oportunidades” es una de las principales novedades de la norma de gestión de Calidad.  En el caso de 14001:2014 este epígrafe insiste en la necesidad de tener en cuenta el conocimiento de la organización y de su entorno y la opinión de las partes interesadas a la hora de enfocar correctamente las exigencias, es decir, remite al lector a revisar lo exigido por los puntos 4.1. y 4.2. de la norma.  A partir de ahí aborda dos cuestiones ya desarrolladas en ISO 14001:2004 y dos novedosas, coincidiendo con lo exigido por ISO 9001:2015.

El primero de los temas tratados es el de los aspectos ambientales significativos y aunque el enfoque general de los requisitos no varía, encontramos algunas diferencias significativas:

  • Inclusión de la perspectiva de ciclo de vida en el alcance de la identificación de aspectos e impactos ambientales
  • La referencia explícita a la obligación de tener en cuenta las situaciones anormales y de emergencia potencial (antes no existía dicha referencia en la norma, pero todas las organizaciones tenían en cuenta situaciones anormales y de emergencia a la hora de identificar sus aspectos e impactos ambientales)
  • Una exigencia directa respecto a la comunicación de los aspectos ambientales significativos a los diferentes niveles y funciones de la organización.
  • La obligatoriedad de documentar los criterios con los que se evalúan los impactos ambientales (este es un cambio importante, ya que hasta el momento sólo era obligatorio documentar los resultados)
  • La aclaración de que podemos tener en cuenta impactos ambientales adversos o beneficiosos, entendiendo estos últimos como oportunidades.

El segundo asunto tratado en el punto 6.1. de ISO DIS 14001:2014 es el de las “obligaciones de cumplimiento”.  En él se recogen los requisitos del epígrafe 4.3.2 de la norma de 2004, cambiando el concepto “requisitos legales aplicables y otros requisitos que la organización suscriba”, sencillamente  por “obligaciones de cumplimiento”.  Como detalle, la nota explicativa recuerda que las obligaciones de cumplimiento pueden dar como resultado riesgos y oportunidades.

El tercer tema incluido en el capítulo es el del “riesgo asociado con amenazas y oportunidades”, ya explicado con anterioridad y coincidente totalmente con lo exigido por la norma 9001:2015.  Incide en la prevención de efectos indeseados (tema ya tratado al hablar de las emergencias potenciales de las que se derivan aspectos e impactos ambientales) y en el hecho de que las condiciones ambientales externas también puedan afectar a la organización.  Los métodos para valorar los riesgos y oportunidades serán, desde luego, los que la organización decida, pero al tratarse ya los posibles cambios y los impactos potenciales en la evaluación de aspectos e impactos ambientales, no parece que ahora sea necesario llevar a cabo un gran despliegue metodológico: en la mayor parte de los casos será suficiente la realización de un DAFO.

La planificación de acciones para tratar riesgos y oportunidades puede estar relacionada, al igual que ocurre con el sistema de gestión de Calidad, con cualquier elemento del propio sistema (control operacional, control de emergencias, seguimiento y medición…).  En cualquier caso deberá tratarse el cómo reducir los riesgos, tratar los aspectos ambientales significativos y garantizar que se respetan las obligaciones de cumplimiento

El punto 6.2. de PNE 9001:2015 y de ISO DIS 14001:2014 plantea las exigencias referentes a los objetivos (de Calidad o ambientales, dependiendo de la norma) y a la planificación para lograrlos.

Las nuevas normas no establecen una distinción entre objetivos y metas, tal y como hacía ISO 14001:2004, sino que se refieren exclusivamente a “objetivos”.  Ambas normas indican que los objetivos han de ser coherentes con la política, medibles, han de ser objeto de seguimiento, comunicados y actualizados.  Además, en el caso de 9001, han de ser pertinentes para lograr la satisfacción del cliente y la conformidad de productos y servicios, es decir, no han de desviarse de lo realmente importante para la norma.  La nueva ISO 14001 indica que los objetivos han de basarse en los aspectos ambientales significativos, las obligaciones de cumplimiento y el riesgo asociado con amenazas y oportunidades, fijándose en sus opciones tecnológicas, financieras, operacionales y de negocio.  Todo ello recuerda mucho, desde luego, a todo lo exigido por el epígrafe 4.3.3. de la versión de 2004.

Por último, el epígrafe final del capítulo 6.2. hace referencia a la planificación, para lograr los objetivos, es decir, al establecimiento de programas de acción, indicando, como principal diferencia con las exigencias de las normas anteriores, que han de evaluarse los resultados. La definición de responsables, medios y plazos para ejecutar los programas ya es una exigencia de ISO 14001:2004 pero no quedaba marcado de forma explícita en ISO 9001:2008; ahora sí lo está.

El capítulo 6.3 de la nueva ISO 9001 introduce una novedad interesante: la obligación de planificar los cambios en el sistema de gestión.  Este hecho viene dado, sin lugar a dudas, porque la mejora continua de la eficacia del sistema de gestión de calidad (punto 4.1. de ISO 9001:2008)  y del propio sistema en sí (punto 4.1. de ISO 14001:2004) han sido unos de los grandes olvidados en las empresas certificadas.  La mejora del comportamiento de las empresas casi nunca venía dada por mejoras en el sistema, sino por la propia aplicación de los programas de desarrollo de objetivos.  Sin embargo, año tras año, el sistema de gestión se mantenía estático, con pocos cambios que lo mejorasen o con modificaciones menores.  Es por este motivo que ahora, ISO 9001 exige que, cuando se decida modificar el sistema de gestión, estos cambios se planifiquen indicando la utilidad del cambio, los recursos necesarios y los responsables de llevarlos a cabo.  Es fácil suponer que entre los objetivos de la calidad podrán incluirse aquellos que nos lleven a modificar el sistema y que podrán desarrollarse, igualmente, en los correspondientes programas.

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